domingo, 12 de mayo de 2013

Avances en el campo tipográfico: unciales y semiunciales.

Hacia fines del Imperio Romano se adoptaron nuevas formas de escritura.

Se recurrió fundamentalmente al uso de las unciales, que como ya vimos anteriormente, eran mayúsculas redondeadas que permitían reducir la cantidad de trazos necesarios para su ejecución. Las mismas evitaban el acumulamiento de tinta que se generaba en los vértices de las letras.

A las dos directrices utilizadas para enmarcar las líneas de texto se les añadieron otras dos para determinar la altura de ascendentes y descendentes de las letras que así la necesitasen, generando así el estilo semiuncial, el cual se trata del paso previo para las minúsculas. Los ascendentes y descendentes permitían mayor legibilidad al mejorar la diferenciación visual entre las letras. Si bien algunas semiunciales aparecieron ya en el siglo III, las mismas no prosperaron hasta finales del siglo VI.



Unciales y semiunciales.


Manuscritos iluminados. Imágenes varias.

Link a la Biblioteca Digital Mundial > http://www.wdl.org/es/

A continuación algunos ejemplos de manuscritos iluminados.


Libro de Durrow


Libro de Kells



Códice de Leningrado


Manuscrito alcoránico del siglo XV. Ayuntamiento de segorbe.


Corán S. XII



Manuscritos mamelucos del Corán. Egipto.









lunes, 10 de septiembre de 2012

La Creación del Alfabeto. (Parte VII).

El pergamino.
Un hecho de gran trascendencia que no puede dejarse pasar por alto es que para el 190 a.C., en Pérgamo, se comenzó a utilizar como soporte al pergamino, el cual se realizaba con pieles de animales domésticos, sobre todo ternera, oveja y cabra. El pergamino resultó ser más grande, más liso, más duradero y flexible que las hojas de papiro.


El pergamino permitió la creación de los códices, los cuales eran la conjunción en pliegos de dos, cuatro u ocho hojas que se doblaban y cosían como los libros actuales. A diferencia del papiro permitía escribir en ambas caras de la hoja, y así reducir tanto el espacio de almacenamiento como los costos de producción.




Representación de un pergaminero alemán (siglo XVI).