domingo, 12 de mayo de 2013

Avances en el campo tipográfico: unciales y semiunciales.

Hacia fines del Imperio Romano se adoptaron nuevas formas de escritura.

Se recurrió fundamentalmente al uso de las unciales, que como ya vimos anteriormente, eran mayúsculas redondeadas que permitían reducir la cantidad de trazos necesarios para su ejecución. Las mismas evitaban el acumulamiento de tinta que se generaba en los vértices de las letras.

A las dos directrices utilizadas para enmarcar las líneas de texto se les añadieron otras dos para determinar la altura de ascendentes y descendentes de las letras que así la necesitasen, generando así el estilo semiuncial, el cual se trata del paso previo para las minúsculas. Los ascendentes y descendentes permitían mayor legibilidad al mejorar la diferenciación visual entre las letras. Si bien algunas semiunciales aparecieron ya en el siglo III, las mismas no prosperaron hasta finales del siglo VI.



Unciales y semiunciales.


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