El alfabeto latino.
Para el siglo I d.C. el imperio
romano se extendía desde las islas británicas hasta Egipto y desde España hasta
la Mesopotamia. Ya en el siglo II a.C. había conquistado Grecia, apropiándose
de sus avances científicos y culturales adaptándolos a sus necesidades. Sin
embargo, el alfabeto griego llegó con anterioridad a la conquista a los romanos
haciéndolo a través de los etruscos, quienes para el siglo VI a.C. dominaban
toda la península itálica.
Para el 250 a.C. los romanos habían generado su propia adapactación del alfabeto griego, remplazando la z, que poco uso tenía para ellos por la g; para entonces el mismo contenía casi todos los caracteres actuales a excepción de la Y y la Z, las cuales ya eran utilizadas por los griegos y si bien a diferencia de éstos habían añadido la G tampoco contaba con la J, la U, la W y la Ñ. Para el siglo I a.C. sumaron la Y y la Z llegando a los veintitrés caracteres.
Para la edad media se añadieron tres caracteres más:
- La J resulta de una derivación de la I para indicar que se utilizaba con la fuerza de una consonante, sobre todo como inicial de algunas palabras.
- La U y la W son variantes de la V. La primera tomó el rol vocálico mientras que la V mantuvo el consonántico. La W comenzó como una ligadura de la V, lo cual tuvo lugar a partir del siglo XII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario